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Un paseo por la historia de las lavanderías nos permite descubrir la importancia que han tenido siempre en la vida cotidiana de las personas. Y no solamente de particulares, también de empresas y negocios. Y es que la higiene siempre ha sido un elemento que se ha tenido muy en cuenta, especialmente tras etapas de pandemias o de contagios masivos. Para que sepas más de dónde venimos y qué cambios se han producido desde la aparición de las primeras lavanderías hasta el día de hoy, en LIMP hemos querido redactar este texto. Una lectura que deseamos te ayude a comprender mejor el papel que hemos desempeñado las lavanderías a lo largo de la historia. 

 

Un paseo por la historia de las lavanderías

La historia de las lavanderías comienza cuando surge la profesión de la lavadera. Y es que en sus inicios se trató de una profesión feminizada en su práctica totalidad. Ellas eran las encargadas de recoger la ropa sucia de las casas donde contrataban sus servicios, de limpiarla y, posteriormente, devolverla en perfectas condiciones. Este trabajo de limpieza solían hacerlo, en un inicio, en el río; posteriormente, en los lavaderos públicos. Que eran espacios que se destinaban al desempeño de esta labor.

Posteriormente, y ya en el siglo XIX, aparecieron las primeras lavadoras. Los modelos más básicos eran manuales y, aunque agilizaban mucho el proceso, requerían de gran esfuerzo y dependían de la presencia de una persona. Posteriormente, con la llegada de la electricidad, se desarrollaron modelos que funcionaban de manera autónoma. 

Como eran productos caros, hubo quien vio en su adquisición una inversión; y en la apertura de espacios públicos en los que poder compartir estas lavadoras, una oportunidad de negocio. De ahí que surgieran las primeras lavanderías como establecimientos de servicios. Fue en los Estados Unidos y estuvo promovido por la población china que llegó al país en el siglo XIX.

 

Popularidad de la lavadora automática

Los fabricantes de lavadoras se dieron cuenta rápidamente del negocio que se encontraba en la venta de este electrodoméstico. De ahí que, a principios del siglo XX, comenzaran a hacer publicidad de este producto como básico para la vida del hogar moderno. Tal fue su aceptación que, cuentan los expertos, en torno a la década de los años 40 del siglo XX, el 60% de las viviendas de Estados Unidos contaba con una lavadora.

Un hecho que no hizo que las lavanderías profesionales y las de acceso público desaparecieran, pues los hogares monoparentales, unifamiliares y los comercios (hoteles principalmente) siguieron usando y confiando en estos establecimientos. Tanto para la ropa de hogar como para los uniformes.

 

Productos de limpieza

Los productos que se emplean en la limpieza de la ropa también ha variado notablemente. En un principio, los jabones eran artesanales. Se hacían en las casas aprovechando los restos de grasa animal que unida a otras sustancias como la ceniza, la orina fermentada, el salitre o la miel hacían que las manchas desaparecieran con facilidad.

Hubo que esperar hasta el siglo XIX cuando se introdujera el cloro como producto fundamental para blanquear la ropa. Un hecho que supuso la aparición de los primeros productos exclusivos para la limpieza de la ropa, el empleo de los mismos en las lavadoras y, finalmente, los productos especializados en algunos tipos de prendas y/o colores.

 

Secado

Aunque ahora estamos acostumbrados a que en las lavanderías se recurra a las secadoras, antiguamente las prendas limpias y mojadas, se secaban al sol. Un proceso natural que dependía del clima, pero que ofrecía la posibilidad de cerrar el ciclo y poder entregar la ropa a sus dueños, cobrando el servicio por ello. 

Hubo que esperar al siglo XX para que aparecieran los primeros modelos de secadoras eléctricas, lo que vino a dar tranquilidad a las personas que viven en espacio húmedos o que no pueden dedicar tiempo al acondicionamiento de su ropa.

 

LIMP

En LIMP somos especialistas en la realización de todas estas tareas y ofrecemos nuestros servicios a todas aquellas empresas y comercios que deseen disfrutar de una limpieza de calidad en sus productos textiles. Independientemente de que se trate de uniformes u otro tipo de textil. Nosotros siempre podemos atenderte.

 

Hay diferentes tipos de secadoras industriales y cada una de ellas tiene características que las hacen apropiadas para un tipo de tejido o de confección. Por ello, conocerlas todas y saber cuál es su mejor rendimiento es necesario para no estropear la ropa que metemos en su interior. En LIMP sabemos lo importante que es contar con este tipo de aparatos en nuestras instalaciones, de ahí que hayamos seleccionado las mejores del mercado para nuestro trabajo de limpieza profesional de uniformes.

Si quieres saber más al respecto de cómo secamos nuestra ropa en LIMP no tienes más que seguir leyendo este artículo, pues lo hemos dedicado de manera exclusiva a este tipo de electrodomésticos industriales.

 

Secadoras industriales tipos y características

Una secadora industrial es una máquina que tiene como principal objetivo, secar la ropa después de someterla a un proceso de lavado. Se trata de un electrodoméstico especialmente recomendado en lugares con climas húmedos, así como en aquellas localidades que se encuentran en zonas costeras o en las islas, donde tender la ropa al aire libre es mucho más complicado.

Su apariencia suele ser similar al de una lavadora tradicional aunque la realidad es que realizan operaciones completamente diferentes.

Aunque existe una amplia oferta de secadoras industriales, la principal particularidad de una secadora es que todas cuentan con diferentes programas de secado, y que incluyen un filtro para recoger las pelusas de las prendas. 

En el caso de las secadoras industriales hay que destacar también su capacidad, que suele ser muy superior al de las secadoras domésticas. Así, el tambor de una secadora normal tiene una media de entre 4 y 8 kilogramos de capacidad; mientras que las profesionales cuentan con una capacidad de tambor de más de 12 kilos. De hecho suele oscilar entre los 13 y 15 kilogramos de capacidad.

Por ello, cuando queremos secar uniformes pesados o ropa de hogar que esté mojada supere ese peso, lo mejor es delegar la limpieza de estas prendas a lavanderías profesionales. No solamente porque cuentan con los electrodomésticos adecuados, sino porque el acabado será mucho mejor.

Tipos de secadoras

A pesar de todo lo que hemos explicado hasta el momento, no todas las secadoras industriales son iguales. Y es que cada tejido, cada uniforme, cada prenda, necesita someterse a un proceso de limpieza y secado específico, por lo que es importante contar con las herramientas que nos permitan lograr el acabado perfecto.

En LIMP sabemos lo importante que es este aspecto, de ahí que contemos con varios modelos y sistemas de secadoras. Las principales son las siguientes:

  1. Secadora de condensación. Su funcionamiento es sencillo: entra el aire a través de una toma trasera y se calienta con una resistencia que tiene en el interior. Este aire es enviado al tambor  y llega a la ropa para secarla. Este tipo de secado deja cierta humedad, que se transforma en agua a través del aire frío. Son muy eficientes y ahorran energía en el proceso de secado. 
  2. Secadora de evacuación. Su funcionamiento es similar a las de condensación. La principal diferencia es que estas no utilizan aire frío para eliminar la humedad. En su caso eliminan el aire introducido en el tambor para secar las prendas. Fue el primer tipo de secadora que se comercializó en el mercado y, aunque hoy apenas se usan, es una opción óptima para quienes buscan una secadora de ropa barata.
  3. Secadoras de bomba de calor. La particularidad de este tipo es que aprovecha el calor generado. El aire que se emplea en el proceso de secado se calienta a través de un líquido. Luego llega al tambor para secar la ropa y vuelve al condensador donde se enfría. A diferencia de las anteriores, la temperatura de secado en este tipo de secadora es bastante menor., por lo que está especialmente recomendada para tejidos delicados. En su contra hay que destacar que son modelos muy costosos de adquirir.

 

LIMP, tu limpieza profesional

Así pues, si quieres que tu ropa de casa o empresa esté limpia y seca de la mejor manera posible, cuenta con los servicios de una lavandería profesional como LIMP. Nosotros te aseguramos los mejores resultados y alargamos la vida de cada una de las prendas que nos hagas llegar o que recojamos en tus instalaciones. Informándote del estado en que se encuentra y del procedimiento de higienización al que la hemos sometido.